Este nuevo programa de Planetario producido por el Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha y el Planetario de Pamplona, versa sobre la época, la obra y la figura del rey sabio Alfonso X. La Edad Media es considerada por muchos una época oscura y de escasa creación cultural. Así debió ser en buena parte de Europa, pero no en España. Aquí se podían encontrar las versiones árabes de los libros de la antigüedad, que fueron traducidas al latín y a la naciente lengua castellana en múltiples rincones de nuestra geografía.
De todos es sabido que Doña Beatriz de Suavia alumbró al pequeño Alfonso en Toledo un 23 de noviembre del año del señor de 1221, hoy celebramos el 800 aniversario de esta fecha tan importante para la historia, y lo hacemos rindiendo honor con este programa, que nos muestra la figura de Alfonso X de Castilla como un hombre de su época, culto y comprometido, cuyo legado cultural abarca desde el Derecho a la Astronomía, pasando por la Literatura, la Arquitectura, los juegos, las creencias, la Historia o la Música y le hace merecedor, con justicia, del sobrenombre «El Sabio».
Hemos de recordar que es a mediados del siglo XIII cuando el gótico alcanza sus más altas cotas de verticalidad, luminosidad y magnificencia. En 1254, dos años después de la entronización de Alfonso X, es nombrado obispo de León Martín Fernández, notario real y amigo personal del rey. Con el apoyo de éste, emprende inmediatamente la construcción de una nueva catedral bajo la dirección del maestro Enrique, que estaba trabajando también en la de Burgos. No parece que el rey Alfonso X hiciera un seguimiento pormenorizado de las obras de la Catedral de León, pero cabe destacar que lo más importante de su construcción se realizó durante los tres decenios que duró su reinado
En aquella época, y en los siglos posteriores, Toledo hervía de saber antiguo. Eran innumerables los libros que allí podían hallarse correspondientes a versiones árabes de las obras originales de la antigüedad clásica. Muchos fueron los que peregrinaron a Toledo desde todos los rincones de Occidente a beber de esas fuentes del saber. Así lo hizo el maestro Gerardo de Cremona, que acudió a Toledo para encontrar la obra original de la teoría de las esferas. Halló en Toledo la versión árabe del Almagesto de Ptolomeo, probablemente traducida del griego en la “Casa de la Sabiduría” de Bagdad en el siglo IX. Su traducción al latín de esta obra, y de otras como el Canon de Avicena o la Physica de Aristóteles, vertió la fama y el nombre de esta ciudad por toda Europa. En palabras del propio rey Alfonso podemos ver que le indujo a patrocinar tan grandiosa obra:
“Mi intención al impulsar de nuevo las traducciones del saber de los antiguos no fue tanto elevar la fama de mi reino. Mi pretensión ha sido siempre compartir estos saberes con mi pueblo. Hacerlo llegar a todos, por eso ordené las traducciones al castellano, para que todos pudieran entenderlo. No sé si el esfuerzo habrá merecido la pena. No lo sé, el tiempo lo dirá.”
Alfonso X de Castilla fue un hombre de su época, culto y comprometido. Es imposible reunir aquí la magna obra cultural que se desarrolló en su reinado, pero a modo de resumen, diremos que bajo su mandato se elaboraron trabajos legislativos como el Fuero Real de Castilla, las Siete Partidas o el Espéculo. También muy conocidas son sus dos grandes compilaciones históricas: la “Estoria de España” y la General Estoria que pasa por ser la versión en lengua vernácula de la historia universal más antigua.
En los últimos años de su vida se presentó el libro de Ajedrez, dados y tablas magníficamente iluminado.
El Liber Picatrix es un espléndido manuscrito sobre magia talismánica recopilado de un tratado andalusí del siglo XI al igual que el Lapidario, que versa sobre las propiedades de las diferentes piedras.
En este ámbito requieren especial atención las tablas alfonsíes. Fueron elaboradas por una comisión de expertos venidos de todos los rincones de occidente, para el meridiano de la ciudad de Toledo. Se sabe que Nicolás Copérnico usó estas tablas tres siglos después cuando estaba elaborando su teoría, que desplazaba el centro del Universo de la Tierra, al Sol.
Pero posiblemente, de todos los trabajos que se atribuyen a Alfonso X, los relativos a la literatura y sobre todo, a la música, son los más personales y los más conocidos.
Las Cantigas de Santa María, constituyen en sí mismas un corpus poético musical de indudable belleza, que todavía hoy es motivo de estudio por parte de historiadores, músicos y filólogos.
El nombre de Alfonso X no se ha perdido en la memoria histórica de nuestro pueblo y permanecerá para siempre a la vista de todo aquel que levante la mirada al cielo, y observe la Luna sobre nuestras ciudades. Ahí arriba, rodeado por dos grandes científicos cuya obra dio a conocer al mundo, Ptolomeo y Azarquiel, se encuentra el cráter Alfonso, nombrado en su honor para que la posteridad no olvide que en una época ya pasada, hubo un rey sabio.
Este programa viene marcado por un exquisito guión de Fernando Jáuregui (Pamplona). Bajo su dirección y la de José María Sánchez (Cuenca), se ha querido mostrar la figura de este “Rey Sabio”. La genial música de Luis Delgado, que no sólo ha creado y nos recrea con composiciones propias, sino que nos trae la música de la época, utilizados en la grabación réplicas construidas por Jesús Reolid, a partir de las miniaturas alfonsíes de los que se debieron usar en aquellos siglos, también ha contado con César Carazo (Canto y Viola de Brazo) y Jaime Muñoz (Flauta en “Ya rasha al-Fetén”). La narración está a cargo de Mª José Castro y los personajes son «Don Mosê» por Antonio Gálvez, «Martín Fernández» por Alex Martínez y «Alfonso X» por Juan Miguel Cuesta, hará el deleite de propios y extraños.
Y una parte sin la cual no hubiera sido posible este programa es la de los documentalistas, desde aquí nuestro agradecimiento a Santiago Palomero, Jesús Carrobles y Javier Bergasa .