Para este año se espera que la actividad de las Perseidas aumente entre las 15:00 y las 18:00 hora peninsular del día 12 de agosto. Esperándose una tasa máxima de 110 meteoros/hora.
¿Por qué se producen?
La respuesta, en la mayoría de los casos, está relacionada con los cometas. Multitud de estos objetos giran alrededor del Sol. Son cuerpos rocosos con variedad de formas, todas ellas irregulares, y cuyo diámetro suele ser de unos pocos kilómetros. Sus órbitas son variadas y en muchos de los casos muy alargadas, pasando algunos de ellos, y de forma periódica, cerca del Sol y de la Tierra. En sus acercamientos a nuestra estrella, el calor que reciben de ella hace que su superficie, con elementos volátiles, se empiece a evaporar, lo que hace que se forme a su alrededor lo que podríamos considerar una atmósfera, la cual se extiende, llegando a adquirir una forma de cola, cuya dirección habitual va en dirección opuesta al Sol. En los casos de cometas que pasan de forma periódica cerca del Sol, los cometas van perdiendo parte de su masa y dejan a lo largo de su órbita un reguero de partículas.
Todo esto unido a que nuestro planeta, en su órbita anual alrededor del Sol, se cruza con la órbita de varios de estos cometas, hace que muchas de las partículas dejadas por lo cometas entren en contacto con la atmósfera terrestre y es el rozamiento de estas partículas con la atmósfera las que las vuelve incandescentes y a nuestra vista se revelan como destellos luminosos, a los cuales denominamos meteoros o de una forma más corriente “estrellas fugaces” (aunque como hemos descrito fugaces son, pero muy lejos de la realidad no son estrellas). Este es el proceso que da lugar a las lluvias de meteoros.
¿Qué cometa es el causante de las Perseidas?
Como acabamos de explicar, en la mayoría de los casos, las lluvias de meteoros vienen asociadas al reguero de partículas dejadas por el paso periódico de algún cometa. Nos podríamos preguntar si con las Perseidas ocurre igual, y si es así, cual es el cometa progenitor de esta lluvia. La respuesta es, que al igual que la mayoría de las lluvias de meteoros, un cometa es el causante de la misma, en este caso el cometa Swift-Tuttle.
Este cometa fue descubierto el 16 de julio de 1862 por Lewis Swift y el 19 de julio de 1862 por Horace Tutlle, de ahí que su nombre rinda honor a sus dos descubridores, aunque formalmente recibe el nombre de 109P. La P en su nombre nos indica que es un cometa con una órbita periódica, en este caso de 133,28 años (la P se agrega a los cometas cuya órbita periódica está entre los 20 y 200 años). Su último acercamiento se produjo en 1992, con lo que no volverá a visitarnos hasta 2126. El tamaño del diámetro del núcleo de este cometa se estima que es de unos 26 km.
¿Qué actividad estimada tendrá este año las Perseidas?
En primer lugar, tenemos que decir que no todas las lluvias de meteoros tienen la misma actividad, alguna son muy activas, mientras que otras proporcionan muy pocos meteoros, haciendo que estas últimas sean muy poco interesantes para la observación. Cuando la densidad de partículas es alta la lluvia puede llegar a ser espectacular: se han llegado a registrar lluvias de hasta 100 meteoros por minuto, aunque tenemos que recordar que nunca puede preverse con seguridad la intensidad que tendrá una lluvia.
Tenemos que señalar que todas las lluvias de meteoros tienen una singularidad propia y es que todos los trazos de la lluvia provienen del mismo punto del cielo, al cual se le da el nombre de radiante. Esta característica es la que da el nombre a la lluvia, siendo este el de la constelación en la que se encuentre el radiante. Por ejemplo, en las Perseidas, el radiante está situado en la parte norte de la constelación de Perseo. Algunas veces las lluvias de meteoros son conocidas con otro nombre, este es el caso que nos ocupa y que popularmente también se le llama “lágrimas de San Lorenzo”, debido a la cercanía del máximo de esta lluvia con esta festividad.
Las Perseidas se observan aproximadamente desde el 17 de julio hasta el 24 de agosto, si bien su mayor actividad se produce este año entre los días 10 al 15 de agosto. De todas formas podremos observar gran actividad tanto la noche del 11 al 12, especialmente de madrugada, como la noche siguiente. La luna menguante supone una molestia si observamos de madrugada, ya que el radiante, próximo al doble cúmulo de Perseo, alcanza su mayor altura justo al inicio del alba.
¿Cómo y dónde se puede observar mejor una lluvia de meteoros?
Es muy importante, incluso diría imprescindible, para poder ver el máximo de meteoros desplazarse fuera del casco urbano, a un lugar que disfrute de un cielo oscuro. Luego la observación es muy sencilla. Basta con dirigir la mirada a unos 30º de distancia del radiante, que es por lo general donde el meteoro empieza a brillar. De vez en cuando se observará un trazo fugaz cruzando el cielo. Los aficionados más avanzados se valen de un magnetófono donde registran datos tales como el brillo del trazo, el instante de tiempo en que apareció y su duración, color y trayectoria. Para que estas observaciones sean útiles hay que tener un buen conocimiento del cielo. Hay organizaciones que analizan conjuntamente los datos de muchos observadores, obteniéndose conclusiones sobre la lluvia.
Cuando realizamos una observación de una lluvia de meteoros, no todas las estrellas fugaces pertenecen necesariamente a una corriente meteórica. Existen en el Sistema Solar multitud de pequeños fragmentos cuyo origen no tiene por qué ser de un cometa y que continua e impredeciblemente penetran en la atmósfera terrestre, lo que se traduce en meteoros esporádicos cuyo brillo, no obstante, puede llegar a ser muy notable.
Para observar meteoros conviene elegir noches oscuras sin Luna.